No hay nada como imaginar para crear futuro. Lo que hoy es utopía mañana será realidad.

Julio Verne

¿Ha creado usted su propia utopía?, ¿se ha dado ese lujo?, ¿en qué mundo le gustaría vivir?, ¿qué capacidades le gustaría expresar? Permítase concebir alguna vez una vida sin límites ni reglas acerca de lo posible. ¿Le gustaría que llegara la hora de su muerte durante una experiencia de comunión cósmica?, ¿le gustaría recorrer el universo con sus facultades mentales y explorar sus insólitas formas?, ¿extraterrestres?, ¿viajes en el tiempo?, ¿le gustaría sembrar árboles en todo el planeta?, ¿ser capaz de comunicarse con los delfines?, ¿solucionar el hambre, la enfermedad y la ignorancia del planeta?,  ¿leer en el corazón de las personas?, ¿tener sueños lúcidos mientras duerme y descansa?

 

Merece la pena utilizar nuestras increíbles facultades de imaginar y crear sutilezas utópicas. Es decir, dar forma mental a algo que nuestra mente todavía cree que no es posible. ¿Y si durante el sueño fuésemos capaces de soñar a voluntad cualquier guión que uno pretenda mientras somos conscientes de que se sueña? ¿Acaso no sería interesante entrevistar a seres insospechados como Buda, Jesús, Lao Tsé, Einstein, Leonardo…?

 

En realidad, el momento presente que cada uno vive es consecuencia de las utopías del ayer. Lo que actualmente es nuestra vida en todos los órdenes, es justamente lo que en algún momento anterior creímos posible. Ni más ni menos. De la misma forma, aquello que en los años 60 era “ciencia ficción”, en lo años 90, ante un progreso acelerado, sonaba ya anticuado. La utopía tiene muchos campos y cada persona que aborda un nuevo ciclo y da un salto en su conciencia crea la suya propia.

 

En tiempos de buenas noticias pensamos que todo va “a mejor”. Se trata de una visión que se puede provocar para intuir nuevas posibilidades. ¿Qué mejor contribución que aportar a la atmósfera psíquica del planeta nuestra propia utopía? Los intuitivos del mundo suelen hacer ese favor a la raza humana. Para ello, captan las posibilidades cuánticas más óptimas que más tarde colapsan con sus elecciones, dando lugar a la llamada “realidad”. Son imágenes mentales que actúan como clichés de grandes vísperas.

 

Utopía y ucronía hacen referencia a lo que ni es de este lugar ni de este tiempo. ¿De qué lugar y de qué tiempo son las actuales utopías? Las cosas ahora van más rápidas que la imaginación. Si antes la utopía era algo increíble de ver realizado con los propios ojos, en la actualidad, los propios ojos se asombran del acelerado devenir que gana la carrera a todo lo imaginable. ¿Acaso todavía es una utopía llegar a ser tan rico como sabio?, ¿tan capaz de gozar de las insospechadas posibilidades de la sexualidad, como de extasiarse en la comunión contemplativa con el Espíritu?

 

¿Qué mejor utopía que la expansión de la consciencia al plano de lo Infinito?, ¿aprender a hacer cesar el sufrimiento?, ¿sentir certeza de que uno no está en el Universo, sino que es el Universo el que está dentro de uno?, ¿saberse Luz que ocupa todos los espacios en tiempo cero?, ¿vivirse en la espaciosidad de la paz profunda?, ¿amor que abraza todo lo existente en ternura y compasión supremas?. Lo que hoy somos capaces de imaginar es porque de alguna forma está en nuestro destino. En caso de que así no fuese, el contenido de nuestra utopía no sería ni remotamente imaginado por la mente humana. Si uno se imagina a sí mismo y al mundo en el que vive, está asumiendo la responsabilidad de auto inventarse. Sin duda, una insólita facultad que nos dimensiona.

Fragmento del Libro “Inteligencia del Alma. 144 avenidas neuronales hacia el Yo Profundo” José María Doria
Libor Inteligencia del Alma
Cartas Inteligencia del Alma

En un mundo como el actual, en el que predicadores y vendedores de ideas prometedoras se reparten la energía de los buscadores, Inteligencia del Alma se yergue como una síntesis de sabiduría que inspira al lector de manera no casual sobre la mejor actitud para recorrer «el días de hoy» y dar sentido a su vida. Es una obra que alberga lúcidos pensamientos de muchos de los sabios que han acompañado al hombre a lo largo de toda su historia, y los pone al alcance del lector con el fin de aportar claridad para caminar en este convulso mundo y para saber salir de la actual confusión de creencias y valores contradictorios. Nos hallamos ante una obra creada para explorar el yo profundo y descubrir el arte de ser mediante el cotidiano recorrido de las 144 avenidas neuronales que la conforman.