Hace años, disfrutaba de salud, dinero, trabajo, una buena familia, amistades…. sin embargo, la insatisfacción y el vacío formaban parte de mi vida, me acompañaban cada día, también el miedo, la ansiedad, las dudas y una marcada irritabilidad.
Observar, transforma lo observado.
Un día, me dí cuenta que no importaba lo que tenía o lo que conseguía externamente porque volvía al mismo lugar sombrío, así que cansada y frustrada de buscar fuera soluciones a mis problemas, comencé un camino de búsqueda, de encuentro conmigo misma, de autoconocimiento y autodescubrimiento y ha sido mi tabla de salvación hacia una vida plena, libre y satisfactoria.
Tal vez, el primer deber del Amor, sea la Escucha, la escucha de la propia voz interna ¿cómo te parece la meditación para ello?