Desde siempre me había interesado el ser humano y su comportamiento, y creí que la Psicología podría dar respuesta a mis inquietudes. Sin embargo, no encontré acertadas las propuestas terapéuticas que hacía y decidí dedicarme al mundo de los RR.HH. especializándome y ejerciendo dentro de la empresa familiar durante diez años. Fue un proceso lleno de aprendizajes que me preparó para la siguiente etapa. Una triste pérdida familiar hizo que mi vida diese un giro completo, pero a cambio me regaló la percepción de lo trascendente, de lo ilimitado, de lo Divino, que hasta ese momento yo había negado desde una mente absolutamente racional. Desde entonces, mi visión de la vida, de las personas y de toda la creación es de completo asombro y celebración.