Mi acompañamiento se basa en ser el espejo para la persona que se pone delante de mí. Escucho y esto crea una relación, un vínculo que hace que la persona que narra lo que le sucede, lo reconozca y lo vea con otra perspectiva. A través de la conversación, el paciente re-significa su situación, es maravilloso poder ayudar a hacer zoom en cada situación y posibilitar que cada quien se haga cargo de su historia, para desde ahí, poder aceptar, perdonar, avanzar… lo que quiera que tenga que ser hecho.
Soy voluntaria en el equipo de paliativos del instituto San José de Madrid y sé cuánto cuesta aceptar la muerte para el que se marcha y el que se tiene que despedir. Hacer esta despedida más liviana es mi aportación a aquellos que lo soliciten.