Mi primer paso fundamental para poder emprender este camino de crecimiento personal fue asumir que solo yo soy responsable de mi vida dar paso tras paso para dejar de exigir al mundo lo que solo yo podía darme. Para ello he necesitado algo fundamental, poner atención a cada momento para darme cuenta de que solo cuando soy consciente puedo asumir esa responsabilidad. La meditación me abrió el camino hacia la atención al momento presente, el silencio y la paz interior.
Cualquier situación difícil o de crisis tiene detrás una gran oportunidad de aprendizaje, yo decido como quiero verla. Ahora “lo invisible se hace visible a mis ojos”.
Concederme el respeto, el amor y la confianza que merezco me trajo de vuelta la Fe en la vida, ¿como lo hice? Asumiendo un compromiso de coherencia entre lo que pienso, lo que siento y lo que hago. A partir de aquí descubrí lo que es fluir con la vida. Solté la creencia “la vida es una lucha” y la transforme por “ir a favor de la vida”.
He transitado el camino de la desorientación, la duda, la ansiedad, la confusión, la pérdida y el sufrimiento que trae consigo. Sanar las heridas y descubrir la sombra tras la máscara.