He trabajado muchos años en banca, pero siempre he tenido presente mi vocación, mi manera de mirar, de observar, no juzgar e intentar entender.
Acompañar desde el silencio, desde el corazón. No hay otra manera. Sin consejos, sin opinión. Solo actuando como espejo de tus comprensiones, de lo que fluye y sale. Asi puedo acompañar.
Haber atravesado el dolor de la pérdida me ayuda a entender, haber acompañado en trastornos de alimentación, me ayuda a conocer, haber acompañado a personas mayores con perdida cognitiva, me ayuda a ser generosa. Acompañar en el dolor, cuando lo has atravesado es estar del mismo lado.