Mis juicios me impiden ver lo bueno que hay tras las apariencias.

Wayne W. Dyer

“¿Te has quedado sin aquel trabajo?, ¡Qué mala suerte tienes! ¿Ha muerto tu padre? ¡Qué desgracia! ¿Has perdido dinero? ¡Qué calamidad! ¿Te han diagnosticado el tumor? ¡Qué horror!, ¿Te sientes abandonado?, ¡No puede ser!, ¿Que tienes que dejar la casa en la que vives?, ¡Qué espanto!, ¿Que tienes que perder?… Es un desgraciado… aquél es listo… ella es una infeliz… aquella es maravillosa… una carrera inadecuada… una vocación errada… una noticia terrible… una nota inmerecida… una cita desastrosa… una oportunidad perdida… un beso sin alma “

 

Un anciano posee 7 yeguas que alquila para vivir. Un día se le escapan y el pueblo le dice, “¡qué desgracia! ¡qué mala suerte!” el anciano contesta “puede ser… puede ser”. Al poco tiempo las yeguas bajan de las montañas y vuelven al calor de los establos, pero con 7 caballos salvajes que las acompañan y aparean.”¡Qué bendición! ¡qué buena suerte!”  dice el pueblo. El anciano contesta, “puede ser… puede ser”. Al tiempo, su único hijo se rompe los huesos domando a los nuevos caballos recién llegados. “¡Qué horror! ¡qué terrible!”, dice el pueblo. El anciano contesta, “puede ser puede ser”. Al tiempo, estalla la guerra y el chico que permanece inmóvil, no es reclutado para luchar en el frente.” ¡Qué bendición! ¡la gracia del cielo lo protege!”, dice el pueblo. El anciano contesta, “puede ser… puede ser”…

 

Se dice que “El Universo escribe recto con líneas torcidas”. Líneas, a veces sinuosas, a través de las cuales el Plan Evolutivo se despliega. Todo ocurre causalmente, que no es lo mismo que casualmente, es decir, respondiendo a causas conocidas y desconocidas. Nada de lo que nos pasa es estéril y en realidad, todos los acontecimientos tienen su intencionalidad evolutiva por contradictorios o estériles que parezcan. Intuimos que la vida es aprendizaje, y desde tal perspectiva no hay noticias esencialmente buenas o malas, ya que tal aprobación o condena es interpretación no sólo parcial, sino también transitoria. Para ser consciente del alcance y la intención evolutiva de los acontecimientos que nos afectan, conviene preguntarse, “¿en qué me beneficia esta situación?, “¿qué hay detrás de esta noticia?”, “¿qué voy a aprender en esto que se avecina?”, “¿cuál es el mensaje que este inesperado hecho anuncia?”

 

Lo primero que nos llega, es la superficie y la piel de las cosas. Sin embargo, la trans-aparencia es lo que va más allá, la intencionalidad que subyace tras la apariencia. Se puede ser muy vistosa por fuera y muy descuidada por dentro. Se puede tener un coche muy bonito y vivirse en una mente ansiosa. Se puede mandar mucho a diversas gentes y morir de sed de amor y pertenencia. Un copa preciosa no siempre contiene un vino de cosecha…

 

La pérdida de un ser querido, a veces, pone en marcha un gran cambio cuyo camino madura a la propia persona y abre la conciencia. La pérdida de un trabajo puede suponer la liberación de unos moldes ya aprendidos y el comienzo creativo de una visión más amplia. Una enfermedad, a menudo, trae la renovación de muchas costumbres y el cambio de vida que uno anhelaba. El suceso llega. Más tarde, nuestra mente espera atenta mientras la vida fluye llena de aperturas que alivian la presión del alma. El milagro sucede cuando atestiguamos la que sucede y confiamos en la acción inesperada.

 

Ante la llegada de la supuesta desgracia, suspendamos el juicio y mantengamos plena atención a la intuición que sutilmente señala. Pronto comprobaremos que tras la perturbación, el Universo habiendo roto el viejo orden, puso en nuestra vida posibilidades insospechadas.

Fragmento del Libro “Inteligencia del Alma. 144 avenidas neuronales hacia el Yo Profundo” José María Doria
Libor Inteligencia del Alma
Cartas Inteligencia del Alma

En un mundo como el actual, en el que predicadores y vendedores de ideas prometedoras se reparten la energía de los buscadores, Inteligencia del Alma se yergue como una síntesis de sabiduría que inspira al lector de manera no casual sobre la mejor actitud para recorrer «el días de hoy» y dar sentido a su vida. Es una obra que alberga lúcidos pensamientos de muchos de los sabios que han acompañado al hombre a lo largo de toda su historia, y los pone al alcance del lector con el fin de aportar claridad para caminar en este convulso mundo y para saber salir de la actual confusión de creencias y valores contradictorios. Nos hallamos ante una obra creada para explorar el yo profundo y descubrir el arte de ser mediante el cotidiano recorrido de las 144 avenidas neuronales que la conforman.