La mejor victoria es aquella en la que ganan todos.
Salomón

El viejo paradigma de Economía afirmaba que si una persona obtenía una ganancia, otro ser, en alguna parte del mundo tenía necesariamente que experimentar una pérdida de la misma cuantía. Daba igual que se tratase de dinero u otro bien tangible porque, en realidad, se estaba haciendo referencia a un mundo de recursos limitados. Por ejemplo, en un planeta en el que existen 100 personas y hay 100 manzanas, si una de ellas come 3 unidades, lo está haciendo a costa de otras dos que necesariamente carecerán de su particular manzana. A este modelo de pensamiento se denominaba “ganar-perder”, es decir, que si alguien gana, simultáneamente alguien pierde. Sin duda, un modelo mental que señalaba una conciencia de escasez.

 

Actualmente sabemos que los recursos no son necesariamente limitados. La investigación y el desarrollo sostenido propician la nuevas fuentes de energía y factores de riqueza renovables. En este sentido, el nuevo paradigma se denomina ganar-ganar y viene a decir que cuanta más riqueza se crea, más se estimula, a su vez, la ganancia general de todos aquellos con que ésta interacciona. Un ejemplo suele atisbarse cuando se observa que las tendencias de crecimiento no sólo afectan a una empresa, sino a todo el sector de la misma actividad.

 

Cuanto mayor es el número de personas que realizan una determinada práctica, mayor es la influencia de energías sutiles, también llamadas campos morfogenéticos, que movilizan la totalidad. Por ejemplo, cuanta más gente conduce, aprende Informática, practica Aeróbic o se ejercita en la Meditación, más fácil resulta aprender dicha técnica a los nuevos principiantes que se inician. Lo mismo sucede con las actividades comerciales, por ejemplo, cuantas más librerías existen en un barrio, más cantidad de libros se venden en el conjunto final e todas.

 

Dejando a un lado la economía de los cuántos y abordando la índole esencialista de las cosas, se puede afirmar que, ante los problemas de desigualdad en el mundo, es posible encontrar soluciones tan justas como luminosas en las que todas las partes ganen. Aunque no lo parezca, todo ser humano es capaz de generar riqueza para sí mismo y el conjunto.

 

Finaliza la era del vencedor y el vencido. Todos ganan y son vencedores en su particular resultado, aunque, a veces, para cada una de las partes, el hecho de ganar señale aspectos diferentes. La victoria es global y el Universo es un juego de interdependencias en las que todo afecta a todo y es, a su vez, causa de todo. Cualquier victoria puede beneficiar simultáneamente al ego y al alma, al cuerpo y a la mente, a la parte y al todo. El nuevo objetivo está en cultivar un modelo de pensamiento que tenga en cuenta a todas las partes y enfoque la energía de manera, no sólo particular, sino también global. Es decir, un patrón de crecimiento integrador e incluyente.

 

El antiguo modelo mental de carácter excluyente, formulado en “agrio-o-dulce”, ha sido superado en la nueva integración “agrio-y-dulce”, es decir, agridulce. Una energía de síntesis que compatibiliza lo que era anteriormente considerado como incompatible. Se trata de un aspecto integrador del que se vale la Evolución para saltar a un nuevo estadio de conciencia que contenga implícito los anteriores y, además,  exprese una cualidad distinta y mayor que la simple suma de sus partes. Un paradigma de pensamiento y creación de realidad en el que todos juegan y todos ganan.

Fragmento del Libro “Inteligencia del Alma. 144 avenidas neuronales hacia el Yo Profundo” José María Doria
Libor Inteligencia del Alma
Cartas Inteligencia del Alma

En un mundo como el actual, en el que predicadores y vendedores de ideas prometedoras se reparten la energía de los buscadores, Inteligencia del Alma se yergue como una síntesis de sabiduría que inspira al lector de manera no casual sobre la mejor actitud para recorrer «el días de hoy» y dar sentido a su vida. Es una obra que alberga lúcidos pensamientos de muchos de los sabios que han acompañado al hombre a lo largo de toda su historia, y los pone al alcance del lector con el fin de aportar claridad para caminar en este convulso mundo y para saber salir de la actual confusión de creencias y valores contradictorios. Nos hallamos ante una obra creada para explorar el yo profundo y descubrir el arte de ser mediante el cotidiano recorrido de las 144 avenidas neuronales que la conforman.