El mayor descubrimiento de cualquier generación es el de que los seres humanos pueden cambiar sus vidas cambiando sus actitudes mentales.

Albert Schweitzer

Las acciones mueven el mundo en el que vivimos. Pero, ¿qué es lo que mueve a las acciones? La respuesta nos dice que, sin duda, son los pensamientos y actitudes que se adoptan. Es evidente que no hacemos las mismas cosas desde una actitud de confianza y generosidad, que desde la desconfianza y la escasez. Y conforme uno va “monitorizando” la relación entre nuestros pensamientos fugaces y sus consiguientes acciones, se llega a la conclusión de que podemos construir el destino, simplemente eligiendo y cultivando una actitud de excelencia.

 

Para abrir la puerta del éxito, uno puede elegir pensar que nada es casual en el Universo y proceder a formularse preguntas tales como, ¿en qué me ha beneficiado y qué he aprendido del conflicto y la contienda? Responder a esta cuestión es una forma de recordar que todo acontecimiento tiene una intencionalidad positiva y que será nuestra actitud la que determinará si el vaso está medio lleno o medio vacío. El hecho de adoptar una actitud u otra, desencadena que el Universo haga el resto. Detrás de todo acontecimiento hay una enseñanza que una vez aprendida, ya no vuelve ni incordia.

 

La actitud es tanto la madre de los pensamientos, como éstos lo son de las acciones. Las acciones, a su vez, lo son del carácter y el carácter lo es del destino. Toda la cadena comienza por la actitud. Algo que uno puede influir y cultivar. Algo que empieza a depender de uno en la medida que se deviene progresivamente más consciente. El cambio de vida es un derecho universal que podemos ejercer. Lo que somos hoy en todos los niveles, bien sea en el profesional y económico, bien en el aspecto afectivo o bien en el estilo general de vida , aunque nos cueste creerlo, es justamente  lo que un día imaginamos que llegaríamos a ser. Si uno se reinventa dentro, todo se transformará afuera. 

 

Conviene devenir consciente de la actitud que subyace tras nuestras palabras. Un enfoque de cooperación trae cooperación. Un enfoque de servicio a la vida, trae vida. Si observamos que la posición egoísta y negativa está muy anquilosada, indaguemos en nuestra mente y ensanchemos la consciencia. Si observamos nuestra mente, de manera ecuánime y sostenida, el cambio vendrá sin esfuerzo y por añadidura. En realidad, somos luz, observación. ¿Cuál es el bloqueo que afecta nuestra mente?, ¿antiguas huellas de dolor? Somos más que un archivo. Somos apertura.

 

¿En qué enfoque decide uno instalarse hoy? Un día es toda una vida y, en consecuencia, merece la pena elegir como vivirla. La “buena vibración” que brota de una progresiva consciencia es benéficamente expansiva. La actitud que uno elige impregnará la atmósfera psíquica en la que vive. El asunto es acordarse a lo largo del día de que se ha elegido, aspecto que al ser ejercitado convierte el inconveniente en virtud. Una actitud de indagación permanente. ¿Cómo acordarse de tal propósito a lo largo de la jornada? Tal vez, convenga comenzar el día dedicando el primer pensamiento al Universo y al sentido profundo de  nuestra vida. ¿Para qué vivo el día de hoy?, ¿qué sentido tiene mi vida?, ¿qué propósito vital, decretomanifestar durante la jornada? Uno observa que esta manera de recordarse a sí mismo permite no olvidar que la vida es mucho más que resolver las necesidades de nuestro organismo físico y social. Trazar cada mañana el puente a lo Real, revela una dimensión trascendente de la existencia e hilvana la diversidad de las formas con un hilo de luz-consciencia. El punto de Infinitud comienza a estar en nuestras manos. Y eso merece atención sostenida.

Fragmento del Libro “Inteligencia del Alma. 144 avenidas neuronales hacia el Yo Profundo” José María Doria
Libor Inteligencia del Alma
Cartas Inteligencia del Alma

En un mundo como el actual, en el que predicadores y vendedores de ideas prometedoras se reparten la energía de los buscadores, Inteligencia del Alma se yergue como una síntesis de sabiduría que inspira al lector de manera no casual sobre la mejor actitud para recorrer «el días de hoy» y dar sentido a su vida. Es una obra que alberga lúcidos pensamientos de muchos de los sabios que han acompañado al hombre a lo largo de toda su historia, y los pone al alcance del lector con el fin de aportar claridad para caminar en este convulso mundo y para saber salir de la actual confusión de creencias y valores contradictorios. Nos hallamos ante una obra creada para explorar el yo profundo y descubrir el arte de ser mediante el cotidiano recorrido de las 144 avenidas neuronales que la conforman.