Por mi trayectoria profesional en escuelas infantiles me vi impelida a dotar de herramientas a padres para la crianza consciente de sus hijos.
Después aprendí que dentro de nosotros sigue nuestro niño o niña deseando que le den un espacio de escucha. Esta toma de consciencia me incitó a querer acompañar a adultos en su proceso de crecimiento personal.
Puedo completar mi acompañamiento con grafoterapia. Así, la escritura deja de ser proyectiva para ser correctiva. Podemos modificar gracias a la reeducación gráfica, aspectos de nuestra personalidad que se han programado en nuestra mente y no son adaptativos.