“Siento que mi misión es acompañar a otros a transitar el dolor, ayudar a que se sientan mejor y darles las herramientas necesarias para vivir en paz. La terapia me ha ayudado a despojarme de viejas creencias y a sanar muchas heridas desde el origen y aunque es un camino infinito, recorrer ese camino junto a otros, da sentido a mi vocación, ser “acompañante del alma”.