Hace unos diez años giré el foco hacia mi interior y desde entonces estoy aprendiendo a conectar con la paz y la serenidad que trae el silencio, ajustar mi vida a mi ritmo, elegir las creencias que me aportan y me impulsan, identificar y acoger las emociones que surgen en cualquier momento, desterrar la culpa, incorporar la compasión, en definitiva, ampliar mi conciencia y mi responsabilidad.