Me he dado cuenta de que todos tenemos necesidad de ser escuchados, sostenidos y abrazados.
Mi labor de acompañamiento, se basan en el no juicio, comprendiendo que cada persona tiene su propia verdad.
Podemos abrazar con la palabra o podemos herir. Si en nuestro interior cultivamos el Amor con pensamiento, sentimiento y emoción, estamos entrando en un estado de congruencia, mi Ser interior se alinea con lo que sucede en el exterior, esto no significa que este de acuerdo con todo, puedo desde la aceptación comenzar a influir de una manera positiva a través de mi palabra.
No toda palabra dicha contiene la esencia del amor puro, podemos ser atrapados en redes de palabras muy bien dichas, muy bien elaboradas y creer que la intención de quien la emite es la misma de quien la escucha es acá en donde nuestra intuición se manifiesta. Yo soy responsable de lo que digo, no de lo que dice el otro, soy responsable de lo que yo escucho, no de lo que escucha el otro. Cuando estoy en estado de conciencia, vivo en el aquí, estoy Presente en la palabra.