Mi formación abarca diversos campos y todos ellos con un nexo en común: el ser humano. Una actitud curiosa y amorosa me ha llevado a viajar con mi mochila largas temporadas por Europa, India y México dónde también he vivido y experimentado algunos de los conocimientos indígenas que prevalecen.
Un diagnóstico grave de salud, me obligó a detenerme y me invitó a cercar respuestas y a experimentar mediante el silencio y otros recursos la reconexión con mi propia esencia, mi propio Ser. Así, emprendí un camino de curación física, emocional y espiritual que hoy pongo al servicio.
El camino de la conciencia se hace al andar, poco a poco nos vamos “dando cuenta” y nos vamos desprendiendo de pieles (que ya cumplieron su función). Y van llegando regalos como la autorresponsabilidad, la ligereza, la autenticidad, la libertad, la alegría, la creatividad y el amor hacia tu propia esencia y hacia la Vida.